lunes, 20 de enero de 2014

9 de Julio, Cla Lauquen




A mitad de camino entre Buenos Aires y Santa Rosa está la ciudad de 9 de Julio. Se ha insistido en llamar Desierto a su emplazamiento, en el interior de la provincia de Buenos Aires, pero siempre ha habido gente y agua. Los tehuelches, que convivieron con los criollos llamaban al paraje Cla Lauquen, Tres Lagunas. Una de ellas es la que domina el enorme Parque San Martín, con sus 24 hectáreas de densa arboleda, al que se va a caminar, comer un asado, hacer un picnic, leer, jugar a las escondidas o enamorarse por la escollera que se mete en el agua.
Las tres lagunas están en el escudo de la ciudad, creado por el artista local Aldo Baamonde, tío de Cecilia Rossetto, nacida en la ciudad. El arte carga de energía a muchos nuevejulienses, que para la próxima Semana Santa están preparando un via crucis, la noche que sale la luna llena van a cantarle y recitarle poemas bajo el antiguo Puente Negro, de una vía por la que corre un tren fantasma, y se reúnen en talleres, recitales y muestras en el espacio cultural Los Naranjos. Durante el verano habrá cine al aire libre para ver los cortos que acaban de participar de un festival de producciones locales.


Hotel Cla Lauquen.
El tema de las tres lagunas es retomado por un hotel sobre la Ruta 5 desde el mismo nombre Cla Lauquen. En sus edificaciones se sintetizan la imagen del fortín y la del oasis, con una propuesta de muy buena categoría y un parque reverdecido, en el que además de una piscina hay tres lagunitas artificiales. Los huéspedes despiertan con el canto de los pajaritos y se duermen con el coro de las ranas. El establecimiento atrae a las familias que quieren disfrutar de un fin de semana en el campo, quizás de ida o regreso entre la Capital Federal y Santa Rosa, Neuquén o Bariloche. Convoca a empresas que lo utilizan para eventos corporativos, dado que es el único en la zona con salón de reuniones y auditorio, que complementa con servicio de catering, audio y video. Aunque ha sido inaugurado recientemente, ya han usado sus servicios Profértil, el Banco Provincia y Bayer, entre otros.

Roberto Castro, Director del Museo Municipal.
Los visitantes de 9 de Julio van al centro, a conocer la centenaria catedral y el Palacio Municipal, frente a la Plaza General Belgrano, expansiva, como todos los espacios de esta ciudad, con veredas bordeadas de cítricos, jacarandás, altas palmeras, una araucaria histórica y dos alcanforeros que hizo llegar Sarmiento. De la plaza sale el boulevard Julio de Vedia, el fundador de la ciudad, y el boulevard 25 de Mayo. La ciudad está cruzada por anchos boulevares. Lo que más abunda aquí es el espacio. Sin embargo, el Museo Histórico es una apretada síntesis que funde huesos prehistóricos con trajes bicentenarios, fotografías de todas las épocas, restos de un quirófano, muebles de antiguo lujo, juguetes de niños antepasados y, embalsamado, el legendario caballo que le ganó al tren. Los aficionados a los museos locales pueden visitar desde 9 de Julio los de Bragado, Carlos Casares, Palacios, Morea y Quiroga.


La ciudad de 9 de Julio ofrece también la larga serie de eventos que pueblan su calendario. Las clásicas competencias automovilísticas se complementan con la Expoautomóvil, en la que se exhiben Hot Rods, Tunnings y autos del TC y hay charlas de Yoyo Maldonado, Daniel Cingolani y otros grandes corredores surgidos de 9 de Julio. Asociada con el evento se corre por 300 kilómetros de caminos de tierra el TC del Recuerdo.
La ciudad es epicentro de fiestas regionales. A 50 kilómetros, en Carlos Casares, se hace la Fiesta del Girasol; en French se hace la Fiesta del Puré, en El Provincial, la Fiesta del Matambre Arrollado, en Morea, la Fiesta del Lechón. En Patricios, a 15 kilómetros, se arman unos carnavales de pueblito, en el que todos hacen el chiste de disfrazarse porque todos se conocen, y andan en carrozas y murgas.
Los fines de semana del verano las calles céntricas se hacen peatonales para convertirse en feria de artesanías. Bares y restaurantes sacan mesas y sillas y los peatones pasean sin límites.
Para andar por el campo, los visitantes pueden prenderse en Metapedal9, las bicicleteadas que los sábados hacen una gran cantidad de familias. Por otro lado, se están preparando las Excursiones Cla Lauquen, para recorrer a caballo o en sulky, volanta o charrett -carruajes tradicionales- los caminos perdidos entre los pueblitos rurales. Por cualquier medio, se alegra el alma con la llanura de nuestra pampa. Una lechucita arriba de un poste, los campos dorados de trigo que la brisa hace ondear como si fuera agua, unos eucaliptos gigantes y antiguos, llenos de sombras, un hornero que cacarea orgulloso cerca de la casa que construyó; el caminito con pasto en el medio, a lo lejos una casa rodeada de árboles, unos corrales y un molino de chapa, el olor a polvo y el chirrido de insectos que cantan todo alrededor. Se cruza una vía del tren, se pasa por un canal, por el lugar donde hubo un fortín, por un campo encharcado en el que unas vacas gordas conviven con garzas blancas.













Salamines legendarios

Yendo hacia el fondo de la avenida Eva Perón, en una esquina hay una casa antigua que encierra uno de los tesoros más disfrutados por los nuevejulienses, la gente de los pueblos aledaños y los turistas que han tenido la fortuna de conocerlos. El interior de La Chacra es un mundo de salamines, jamones, bondiolas y una infinidad de chacinados legendarios. La fábrica está en el mismo lugar y Juan Carlos Vianni, el dueño, invita a ver cómo se elaboran los productos más telúricos de la gastronomía argentina. Explicará cómo logra las condiciones de temperatura y humedad perfectas, cómo consigue ser abastecido por la mejor carne y los detalles de la preparación de sus productos. El aficionado a las cosas del campo se encantará, además, con la decoración: cientos de chacinados colgando, quesos, balanzas de los antiguos almacenes, una cocina a leña, un bombeador, ollas de tres patas, cuchillos y un aroma que es la versión para el olfato del Himno Nacional.

En La Chacra, los mejores salamines argentino.


MINIGUÍA
CÓMO LLEGAR
En auto desde Buenos Aires son 274 kilómetros saliendo por autopista hasta Luján y luego RN 5. En ómnibus, Nueva Chevallier y Pullman Gral. Belgrano tienen varios servicios diarios desde Retiro, que tardan 4 horas y media. El semicama tiene cuesta $ 152 y el cama, $ 165.
DÓNDE ALOJARSE
Hotel Cla Lauquen (www.clalauquenhotel.com.ar) ofrece, sobre la RN 5, habitaciones doble desde $ 550 con desayuno continental, cena gourmet, bar, WiFi, cocheras cubiertas, piscina, solárium y terrazas y espacio para convenciones y eventos empresariales y sociales.
DÓNDE INFORMARSE
Direción de Museos y Turismo: (02317) 42-5279
archivoymuseo@yahoo.com.ar





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