A veces no tomamos conciencia cabalmente de que Tierra del
Fuego es una isla, la más grande de nuestro territorio, enorme como la Gran
Malvina y la Soledad. Argentina termina en una enorme y desértica isla en donde
la colita de la Cordillera de los Andes gira hacia el Atlántico. Una isla fría
y pródiga en paisajes, desde la estepa patagónica hasta bosque andino austral.
La actividad turística ha tenido la habilidad de rescatar
aquel rincón extremo, más allá de lo remoto, y convirtió a la capital Ushuaia
en uno de los focos del turismo de la Patagonia. Uno puede aventurarse desde
Ushuaia al interior de aquella isla del fin del mundo y llegar a su corazón,
Río Grande, donde están guardados el relato de su historia y la explicación de
su presente.
Para una travesía desde Ushuaia a Río Grande, subiendo hacia
la Cordillera por la ruta 3 se mira detrás a Ushuaia, que parece una manada de
casas bajando a tomar agua a la bahía. Se va por la ruta 3, camino
extraordinario, cargado de lugares y acontecimientos, que recorre más de 3.000 kilómetros
para llegar a Buenos Aires. Todo es bosques alrededor y abundan los rincones
para picnic al pie de las montañas y a orillas del río Olivia. Saturan de verde
los árboles al costado del camino y al fondo, semivelada por una nube, farallón
oscuro, casi negro, y blanco, se ve el Monte Olivia nevado. Vamos por el Paso
Garibaldi, único que cruza los Andes de sur a norte. En el punto más alto de la
ruta (450 m .s.n.m.)
aparece la vista más gloriosa de toda la isla, con el Lago Escondido huyendo
hacia un horizonte de montañas, todo bajo una sobreabundancia de cielo y una
sensación de Paraíso Glacial.
De pronto, a unos 100 kilómetros de
Ushuaia, nos encontramos el magnífico escollo del Lago Fagnano, gris, misterioso,
sólido, de aguas metálicas, siempre encrespadas, que provienen de glaciares y desaguan
en el Estrecho de Magallanes. Bordeamos el lago un tercio de sus más de 100 kilómetros de
largo, y en el último contacto estamos en Tolhuin, pueblito joven, desde el que
se hacen caminatas a los territorios del lago: bosques de lenga y de ñires.
También se visita en 4x4, trekking o
cabalgando, la Reserva Provincial "Corazón de la Isla" y el cerro
Shenolsh, estratégico para el avistaje de cóndores, y se cabalga a la Laguna
Negra, por bosques, acantilados, arroyos, castoreras y turbales.
Sigue un paisaje de pequeños llanos donde los castores
embalsan sin dificultad hilos de agua que haraganean haciendo fintas sin
encontrar rumbo. Los pinos dejan lugar a montes achaparrados, secos y adornados
de babas del diablo verdes. El mundo de montañas se ha convertido en una estepa
tendida hacia el mar. El viento la barre todo el tiempo. Intenta llevarse las
ovejas y las estancias, las almas en pena de los selk’nam y los siglos geológicos.
En un lugar donde ese paisaje se encuentra con el Atlántico
se ha establecido Río Grande.
Río Grande se fundó sobre un vellón. Estancieros de
apellidos Brown, Montes, Bridges, Reynolds, limpiaron los campos de indios y
criaron las ovejas cuyas lanas y carne se exportarían. En 1917 establecieron el
frigorífico CAP, Corporación Argentina de Productores. Esta fue una isla
ovejera durante varias décadas.
Restos de aquella época están siendo rescatados
con pasión por un joven empresario que estableció en una de las instalaciones
de la CAP el distinguido restaurante El Muelle, que conserva faroles, caja
fuerte, libros, herramientas y severos adornos prácticos. El predio fue
declarado Patrimonio Histórico. Un espacio del restaurante es el Salón Justicialista,
con pinturas de Evita, una capa militar de Perón, una escritura que lleva su
firma y una colección de piezas que configuran un conjunto litúrgico.
En medio de una Naturaleza despoblada, Río Grande concentra
más de cien mil personas, tiene un parque industrial que no descansa y tantos
autos que en las calles hay embotellamientos. Trabajadores de todas las
provincias acuden desde los años 80, configurando una síntesis de Argentina,
vivaz y heterogénea. Los pobladores recientes llegan a una tierra que fue la
casa de hombres y mujeres que supieron vivir en la aridez y el frío asesino
durante más de 10.000 años.
Yendo desde el centro de Río Grande hacia el Museo Monseñor
Fagnano de la Misión Salesiana, por un camino costero, se ve a lo lejos un
promontorio alto que se corta en un acantilado. El guía del museo nos contará
que es el Cabo Domingo, en una zona donde un escocés reunió 300 indios a
quienes les propuso darles ovejas en lugar de que las cazaran —los indios
sustituían al guanaco por esos animales tan fáciles. Aceptaron el acuerdo, el
escocés organizó, para festejar, un asado con profusión de alcohol, y cuando
los visitantes se emborracharon, fueron pasados a cuchillo. Los curas
salesianos explican que llegaron a Tierra del Fuego para proteger y evangelizar
a los selk’nam (onas) que se salvaron. El Museo Monseñor Fagnano cuenta la
historia de esos humanos asombrosos, que sobrevivieron al clima que no
soportaríamos más de unos días. Las fotos y algunos utensilios ofrecen la
intuición de su audacia, su cosmovisión y su relación con el entorno. Los
salesianos establecieron en 1893 la misión, que integra una capilla de 1899 y
otros edificios declarados Monumentos Históricos Nacionales.
También exhibe la historia social de los diferentes pueblos
que habitaban la isla —unos vivían en las costas, otros en la pampa— y los
colonos europeos y argentinos, el Museo Municipal “Virginia Choquintel”. La
didáctica es esmerada y todo lo que puede ver el público es producto de
investigaciones. Además de información sobre las sociedades, hay abundante
explicación de los enclaves geográficos y ambientes naturales de la Tierra del
Fuego. El visitante sale del museo con la fantasía repleta de delfines,
castores, hongos, pingüinos, guanacos, pajaritos y plantas: todos seres que
llenan de vida la mayor y más remota isla de la Argentina.
Los
festejos en el frío
Afuera del estadio cerrado el frío no va a aflojar jamás,
pero la rítmica vibración de las paredes anuncia que allí dentro ocurre algo
diferente. En el interior se está produciendo un calor, más bien una calidez,
que hace olvidar la cruda frialdad: José Rajal ha agarrado el violín y Los
Carabajal castigan unas chacareras dobles que arrancan a la gente de las sillas
y las hacen bailar, tienen a todos los santiagueños aplaudiendo y cantando y
riendo, y añorando el pago querido. Los mozos vuelan entre las mesas con
grandes porciones de corderos, porque es la Primera Fiesta del Cordero
Fueguino.
Río Grande tiene todo el año fiestas y eventos, que su gente
celebra y los turistas disfrutan. Se corre una de las carreras más exigentes de
la Patagonia, el “Gran Premio de la Hermandad”, entre Río Grande y Porvenir,
por 700 kilómetros
sin interrupción. Al final de la primavera se larga el Rally Bike de los Lagos
del Fin del Mundo, y en abril motos y cuatricilos compiten en la Vuelta a la
Tierra del Fuego, unos 400
kilómetros desde Río Grande hasta Ushuaia y volviendo a
Río Grande.
Deportistas de Argentina y de otros países reman 170 kilómetros en el
Raid Náutico Internacional de Tierra del Fuego, desde las proximidades del lago
Blanco en Chile hasta Río Grande. Durante diciembre tiene lugar el Encuentro
Nacional de Pesca con Mosca y la concurrida Fiesta Provincial del Róbalo, y en
febrero está la Fiesta Provincial de la Trucha.
INFORMACIÓN ÚTIL
Cómo llegar
De Buenos Aires a Ushuaia Aerolíneas Argentinas tiene 6
vuelos diarios sábados y martes, 5 vuelos miércoles y viernes y 4 los lunes y
jueves, con tarifas desde $ 1668. Lan tiene un vuelo diario los lunes,
miércoles, jueves y viernes y 2 los martes, sábados y domingos, con tarifas
desde $ 1510. A
Río Grande vuela Aerolíneas Argentinas una vez por día los sábados y domingos y
dos los lunes y viernes, con tarifas desde $ 2600. El alquiler de un Toyota
Yaris Sedan por una semana cuesta unos 3.500 pesos.
Dónde alojarse
El Status Hotel Casino propone lujo, casino, pub y
restaurante, gimnasio bien equipado, valet parking y otros servicios, con
habitaciones dobles desde $ 550. La cálida Posada de Los Sauces también tiene
restaurante y pub cluby habitaciones al mismo precio. Desde la Posada Don Fiori
se ve el amanecer sobre el mar. Ofrece los servicios básicos a una tarifa de $
586 la habitación matrimonial.
Dónde informarse
Oficina de Turismo de la Casa de la Provincia de Tierra del
Fuego: 4328-7040/1