São Paulo es la reina megalópolis de Sudamérica que siempre
va por más, en la economía, en las dimensiones, en la cultura. A menos de tres
horas de Buenos Aires, cada vez que se la visita se descubre un surtido de
novedades, desde barrios recién nacidos hasta muestras de arte rutilantes,
desde complejos arquitectónicos remodelados hasta recitales que sacuden la
historia (el movimiento es mayor en estos años previos al Mundial del Fútbol). Con
dificultad seleccionamos diez puntos imperdibles entre más de un centenar.
1. MASP, Museu de
Arte de São Paulo
Pinacoteca con obras de Rafael, Mantegna, Botticceli,
Rembrandt, Cranach, Velazquéz, Goya, Delacroix, Renoir, Manet, Monet, Cézanne,
Van Gogh, Toulouse-Lautrec; biblioteca, fototeca, filmoteca, videoteca, cursos
de artes, ciclos de cine, conciertos, conferencias: el Museu de Arte de São
Paulo es quizás el centro cultural de mayor actividad de Brasil. Su casa es uno
de los predios iconográficos del esplendor arquitectónico de Sao Paulo, y uno
de los edificios naturales de la avenida Paulista, con su cuerpo principal que
descansa acostado sobre cuatro pilares, dejando entre el edificio y el piso un
enorme espacio vacío de 74
metros de largo.
2. Vila Madalena
Barrio bohemio de geografía accidentada, poblado de
atelieres, galerías de arte y una colección de bares de todo tipo, como para
visitar uno diferente cada noche. Algunos son botecos clásicos, otros nutridos
de periodistas y aficionados al fútbol, o centros del público al que en Sao
Paulo llaman GLS (gays, lésbicas y simpatizantes). Hay bares para sambar, para
disfrutar del rock and roll y los hay para bebedores expertos. Todos son para amantes
de los momentos de intenso y dedicado ocio, quienes también se entretienen en
las librerías, en la Feira Omaguás —donde los domingos artesanos selectos
llevan sus trabajos—, o en la Feira da Praça Benedito Calixto, que los sábados
es una feria de todo lo que se puede comprar.
3. Muséu do Futebol
Apuesta fuerte del diseño para que el visitante sienta cómo
el fútbol, nacido en la élite de Inglaterra, gente blanquísima, maduró
brasileño, popular y mestizo. El museo es en todo momento emocionante, informativo
y divertido. Construido en las entrañas del Pacaembu, Estadio Municipal Paulo
Machado de Carvalho, con los recursos de la tecnología multimedia usados en
todo el ancho de sus posibilidades para que el visitante viva el fútbol como
arte, palpite el tribalismo masivo de las hinchadas, reviva la historia de las
Copas del Mundo, sienta la gloria (repetida cinco veces) y la depresión
insondable (una sala muestra y vuelve a mostrar dignamente la final del 50 en
el Maracaná, perdida ante Uruguay).
4. Avenida Paulista
Es el alma paulistana, por la que fluyen muchos de los siete
millones de autos que andan por la ciudad y, una vez al año, más de tres
millones orgullosos de ser gay. Es una avenida grandiosa, símbolo de la
vocación expansiva de la ciudad. Es el centro financiero y un alto punto
cultural de Sao Paulo. En su mapa se distribuyen el Masp, la Casa das Rosas,
casa histórica donde funciona un centro cultural dedicado a la poesía, cines,
teatros, cafés. Tres kilómetros para ir de compras y caminar (es muy segura)
entre restaurantes, lanchonetes y magníficos edificios.
5. Edificio Banespao
En los años 40 fue la mayor construcción de hormigón armado
del mundo y hasta 1956 el edificio más alto fuera de Estados Unidos, con 150 metros de altura y
36 pisos. El Edificio Altino Arantes es orgulo de la historia paulista. Desde
su mirador se tiene una visión de 360º que permiten distinguir la Serra do Mar,
el Pico do Jaraguá, los edificios en la Avenida Paulista y las principales
construcciones del centro. En el lobby, introduce a la magnificencia del
edificio una araña de cristal de 13 metros de altura y 10 mil piezas de cristal.
Un museo reúne más de 2000 objetos de la historia de los casi 100 años del
edificio.
6. Museu da Língua
Portuguesa
No es casualidad que este museo esté en São Paulo: es la
ciudad con más personas que hablan el idioma portugués en el mundo. En 2006 fue
abierto en la Estação da Luz, edificio de arquitectura victoriana, dotado de tecnología
de avanzada que le permite una alta interactividad. Los visitantes sienten la
formación y la evolución del idioma portugués en las diferentes áreas. En una
pantalla de 106 metros
se proyectan simultáneamente nueve cortos sobre el uso de la lengua portuguesa
en el cotidiano: la danza, los carnavales, el fútbol, la música, etc. En el
Juego de la Etimología los visitantes se divierten moviendo imágenes que
contienen fragmentos de palabras. El Mapa de las hablas es una pantalla
interactiva que se navega escuchando la forma de hablar de los brasileños de
distintas regiones. La Plaza de la Lengua es una especie de planetario de
palabras con efectos visuales proyectados sobre el techo. En una pantalla se
presentan grandes clásicos de la prosa y de la poesía.
7. Pateo do Collegio
Entre los rascacielos paulistanos aún está el Pateo do
Collegio, donde nació la Vila São Paulo de Piratininga. En un comienzo fue una
cabaña donde se reunieron 13 jesuitas, un día de enero de 1555. Un año después
se convirtió en la escuela que hoy se visita para ver pasar 400 años de
historia. Hay actividades culturales y un museo de arte sacro e histórico,
pinacoteca y biblioteca. Un túnel del tiempo en el que también se puede asistir
a una misa.
El Pateo do Collegio forma parte del circuito Centro
Histórico, que incluye la Catedral da Sé, uno de los cinco mayores templos
góticos del mundo, y el Largo São Francisco, el principal conjunto de arquitectura
barroca de la ciudad, integrado por la Facultad de Derecho de la USP, la Iglesia São
Francisco de Assis y la Iglesia Chagas do Seráfico Pai São Francisco.
8. Parque Ibirapuera
La vista se recrea con la variedad de los árboles, los oídos
con el sonido de los niños jugando libremente por todo el parque y el corazón
con la amabilidad de los paulistanos. Los domingos soleados miles de personas caminan,
trotan, andan en bicicleta, skate o rollers, juegan al fútbol, al volley, al
basketball... o descansan recostados frente al lago, viendo el atardecer y
alimentando a los cisnes de esta amplia extensión de áreas verdes dentro de la
mayor urbe de Sudamérica. Jóvenes, ancianos y bebés disfrutan de sus pequeños
bosques, lagos y senderos, limpios, bien señalizados y seguros. En medio del
verde se erigen también pulmones de cultura: el Museu de Arte Moderna, el
Pavilhão da Bienal, el Museu Afro Brasil, el Pavilhão Japonês– con una réplica
del Palacio Imperial de Kyoto– y el edificio de la Oca, diseñado por Oscar
Niemeyer.
9. Restaurante
Figueira
Con las mesas que se extienden en un patio bajo una
majestuosa higuera centenaria y gigante, el Figueira Rubaiyat es sofisticado y
plácido. La cocina rescata la gastronomía primitiva del horno de barro y las
cazuelas de hierro, con platos originales en una carta variada. Se destacan las
carnes, de diferentes procedencias, incluida la finca propia. El buffette de
postres es el mejor de la ciudad y la carta de vinos es profusa. Está ubicado
en la rua Haddock Lobo del suntuoso barrio Jardins. Un almuerzo en el Figueiras
es un modo de conocer la vida en uno de las zonas más refinadas de Brasil y su
gente.
10. Sala São Paulo
En el interior de la imponente Estación Júlio Prestes,
antigua estación de tren de la compañía Estrada de Ferro Sorocabana, de
ornamentación sobria y detalles al estilo Luís XVI, suenan los conciertos en la
Sala São Paulo. Se trata de uno de los teatros líricos más importantes del Brasil,
y sede da Orquesta Sinfónica del Estado. Fue creada a fines de los 90 como
parte de un proyecto de revitalización del centro antiguo de la ciudad y está
junto a la Pinacoteca do Estado y el Museu de Arte Sacra. El calendario de
conciertos es apretado y de altísima calidad. Una visita guiada es inevitable.
INFORMACION ÚTIL
Cómo llegar
Tam Mercosur, Aerolíneas Argentinas, Gol y Tam tienen vuelos
directos desde Buenos Aires a São Paulo (Aeroporto Internacional de Guarulhos)
todos los días, con tarifas desde 450 dólares.
Dónde alojarse
El Hotel Tívoli (5 estrellas), en el barrio Jardins, ofrece sauna,
Spa, piscina y un restaurante magnífico desde el que se domina toda la ciudad,
con habitaciones en base doble desde 560 dólares.
El Cinelandia Hotel, en el centro histórico, ofrece
servicios básicos con habitaciones desde 113 dólares.
Los huéspedes del Cinelandia Hotel podrán disfrutar de un
desayuno bufé con croissants, tartas y fruta. Gracias a su céntrica ubicación,
el hotel está rodeado de restaurantes, cafeterías y animados bares.
Para los jóvenes que buscan arte y buenos precios, el Hostel
Vila Madalena, a 15 minutos del subte, tiene camas por 25 dólares.
Dónde informarse
Área
de Turismo de la Embajada de Brasil en Argentina: tel. (011) 4515-2400, turismo@brasil.org.ar
www.saopaulo.sp.gov.br